miércoles, 25 de julio de 2007

HISTORIA DEL TELEGRAFO

El telégrafo es un sistema destinado para la transmisión casi instantánea, a grandes distancias, de mensajes. Desde tiempos remotos, el hombre siempre ha buscado alguna manera para poder conectarse con otras personas a través de las distancias. Un ejemplo era el uso de señales de humo, que se creaban en una hoguera, que tapaban con una manta cada cierto tiempo para interrumpir la salida de humo, y así crear señales de humo que otra persona, a cierta distancia traducía a palabras previamente determinadas. Otro era el empleo de banderas, que, depende el diseño que presentaban, significaban otro mensaje. Pero todos estos métodos presentaban un problema en común: de noche, o en caso de baja visibilidad no se veían. Para solucionarlo, se emplearon las señales de luces o bengalas. Pero todos estos métodos seguían manteniendo un mismo problema: en caso de escasa visibilidad o precipitaciones no servían. Para solucionar este problema, se comenzaron a utilizar las señales por medio de campanas, pitos o hasta fusiles. Surgía un nuevo problema. El alcance de las distancias. Para solucionarlo se inventó un nuevo método: El heliógrafo. Un espejo que reflejaba los rayos del Sol y que tenía alcance de bastantes kilómetros. Pero este método tampoco era perfecto. Aquí podemos apreciar un ejemplo de un heliógrafo:

En 1729, un hombre llamado Stephen Gray demostró que la electricidad podía enviarse a través de un alambre, pero al parecer no se le ocurrió pensar que su descubrimiento servía para la transmisión de señales. Pero luego, una carta anónima fue mandada al Scot's Magazine en 1753 donde se indicaba que la electricidad podría ser utilizada para la mejora de los métodos de comunicación que había en aquel momento. Este método consistía en el empleo de tantos hilos como letras debían de ser transmitidas. Cargando los hilos con una máquina electrostática, y haciendo que las respectivas cargas atraigan pedazos de papel al otro extremo de la línea; se podían enviar mensajes a una o dos millas de distancia con considerable rapidez. De este modelo hasta el telégrafo eléctrico como se lo conoció en los primeros años del siglo XX, pasaron muchos años de descubrimientos e invenciones. Este primitivo modelo todavía presentaba muchos defectos y hacían falta todavía bastantes invenciones para alcanzar el telégrafo del siglo XX.


Primero, era necesario proporcionar mejor aislamiento para los conductores. El uso de aisladores de cristal sobre postes de madera, como se usó después, no fue empleado hasta 1828. Más importante todavía fue la invención de la pila eléctrica, que podía enviar una corriente constante a través de los hilos. Aunque la primera pila fue construida por Volta en 1800, se necesitaba una pila capaz de almacenar suficiente energía como la que exigía el uso del telégrafo. Esta fue inventada en el año 1836. En la primera parte del siglo XIX, varios inventores idearon telégrafos eléctricos que no exigían mas que dos conductores, constituyendo una mejora notable sobre los sistemas anteriores. A continuación vemos una pila de Volta:


El electromagnetismo, que sirvió muchisimo para el desarrollo del telégrafo eléctrico fue descubierto por accidente por el danés Hans Christian Oersted en 1820. Antes, podían enviarse diferentes impulsos de corriente eléctrica por un hilo de longitud considerable, pero no se había encontrado un medio satisfactorio de reconocer este impulso en el receptor. Para solucionar este problema se sugirieron muchas soluciones "primitivas" por así decirlo. De Salva, un español, sugirió, por ejemplo, que un hombre colocado en el extremo receptor de la línea agarrase los hilos con ambas manos e interpretase el mensaje por medio del número de sacudidas eléctricas que recibía. Pero luego, Oersted descubrió que una aguja magnética situada cerca de un hilo podía ser desviada cuando se enviaba una corriente a través de ese hilo. Andre Marie Ampére sugirió que la desviación de una aguja magnética podía ser utilizada para la recepción de señales eléctricas; pero un sistema práctico de telégrafo de aguja no se ideó hasta 1837, por Wheatstone y Cook, en Inglaterra. Joseph Henry, un profesor de Princeton, hizo contribuciones importantes en el descubrimiento del electromagnetismo entre 1828 y 1831. Demostró que el efecto magnético de una corriente eléctrica podía amplificar se muchas veces enrollando un hilo alrededor de una barra de hierro dulce y explicaba a sus alumnos la posibilidad de tocar las Campanas de una iglesia a distancia con su electroimán. A continuación, un electroimán:

Pero, finalmente, la invención del telégrafo moderno como hoy lo conocemos fue creación de un artista norteamericano llamado Samuel Finley Breese Morse en el año 1837. Su primera línea fue construida entre Baltimore y Washington, en 1844.


Cuando el conmutador en la estación emisora está cerrado, la batería envía una corriente a un electroimán colocado en la estación receptora, siendo conducida esta corriente por un hilo aislado y volviendo por la tierra. Cuando la corriente pasa a través de las bobinas del electroimán, una lámina de hierro, mantenida separada de los polos del electroimán por un ligero muelle, es atraída con un agudo golpe seco. En el primer telégrafo de Morse, al extremo de la lámina vibrante de hierro iba colocada una pluma. La atracción de la lámina de hierro obligaba a la pluma a hacer contacto con una tira móvil de papel, marcando en él una serie de cortos trazos rectos que representaban con su longitud la duración relativa del tiempo que el circuito había estado cerrado, transmitiendo así el mensaje en puntos y rayas.

3 comentarios:

Leo dijo...

Gente: prohibido el copy-paste!! menos google y más producción.
No se olviden que es un solo post por tema. Y mandenme los nombres de los integrantes por mail

Leo

GRUPO CINCOmentarios dijo...

jajajajaj, leann no probleem, es un "ENSAYO" (Y)

Cecilia!! dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.